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Templos


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Algunas cosas interesantes

 

Navegando en diferentes paginas de Internet uno siempre encuentra mensajes interesantes, uno de ellos creo se llamaba las 3 rejas, no recuerdo bien, bueno la cosa es que enseñaba sobre como nosotros hablamos de las demás personas, bueno ahora en la pagina de bibliotecasud encontré el mismo mensaje con diferente titulo.

Aquí lo comparto con UD si todavía no han tenido la oportunidad de leerlo.

 

EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES

 

Socrates    

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
- Espera un minuto - replicó Sócrates. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
- ¿Triple filtro?
-Correcto -continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
- Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario...
- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
- Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguno de tus amigos cercanos y queridos...

Publicado por bibliotecasud.


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8 Élderes perdieron el viaje en el Titanic

8 Élderes perdieron el viaje en el Titanic

Por  Frank  Millward  para Deseret News
(Tomado de MormonTimes. Traducido por Cristian Diaz)
Mientras vivíamos en San Diego, la familia de Scott Sonne se mudó a nuestro barrio.
Pronto nos hicimos amigos con Scott y le pregunté si estaba relacionado con Alma Sonne, quien era una autoridad general que me había entrevistado para servir en la Misión Lejano Oriente (Japón). Scott dijo qu el Elder Sonne era su abuelo.
Le conté que cuando mi esposa y yo fuimos llamados a servir en la Misión Inglaterra Birmingham supimos que su abuelo también había servido en Inglaterra. Yo había escuchado que cuando estuvo en su misión había reservado boletos en el Titanic. Por alguna razón había sido demorado y por ende había salvado su vida al tomar otro barco más tarde. Entonces Scott me dijo que había algo más que contar en esa historia.


Scott dijo que mientras crecía en Logan, su abuelo tuvo un amigo de la niñez llamado Fred. Fred era menos activo en la iglesia, pero cuando llegó el momento para que Alma sirviera una misión, él convenció a Fred para que también se preparara para ir a una misión. Cualquiera fuera el apoyo que su abuelo le dio a Fred, fue el suficiente para que ambos fueran llamados a la Misión Británica (Inglaterra).
Cuando se completaron sus misiones y llegó el tiempo para regresar a casa, se puso al Elder Sonne a cargo de hacer los arreglos para que los misioneros zarparan a casa en los EEUU. Además de hacer los arreglos para él y para Fred, el Elder Sonne sacó pasajes en el Titanic para otros seis élderes que habían terminado sus misiones.
Por alguna razón, Fred se demoró y no pudo llegar a tiempo para zarpar en el Titanic, lo que resultó en que el Elder Sonne cancelara los ocho pasajes, para gran decepción de los otros seis misioneros. Habían esperado muchísimo el poder navegar en un buque de línea nuevo, de lujo y que hacía su viaje inaugural.
En respuesta a su voceada decepción, el Elder Sonne dijo “Todos vinimos a Inglaterra juntos y volveremos a casa todos juntos” , así que los ocho élderes zarparon en otro barco más tarde.
Después de saber del hundimiento del Titanic, el Elder Sonne le dijo a su amigo Fred : “Usted salvó mi vida.”
Fred le respondió: “No, por traerme a esta misión, Usted salvó mi vida.”

Frank Millward vive en el Barrio 10º de Grove Creek en Pleasant Grove

Tomado de www.cumorah.org

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EL ARTE DE HABLAR Y LA VIRTUD DE CALLAR

Sí, HABLAR es fácil, pero CALLAR requiere prudencia y dominio.


HABLAR. oportunamente, es acierto.
HABLAR frente al enemigo, es civismo.
HABLAR ante una injusticia, es valentía,
HABLAR por rectificar, es un deber,
HABLAR para defender, es compasión,
HABLAR ante un dolor, es consolar,
HABLAR para ayudar a otros, es caridad,
HABLAR con sinceridad, es rectitud,
HABLAR de sí mismo, es vanidad,
HABLAR restituyendo fama, es honradez,
HABLAR aclarando chismes, es obligación,
HABLAR disipando falsos, es de conciencia,
HABLAR de defectos ajenos, es lastimar,
HABLAR debiendo callar, es necedad,
HABLAR por hablar, es tontería,
HABLAR de Dios, significa mucho Amor,



CALLAR cuando acusan, es heroísmo,
CALLAR cuando insultan, es amor,
CALLAR las propias penas, es sacrificio,
CALLAR de sí mismo, es humildad,
CALLAR miserias humanas, es caridad,
CALLAR a tiempo, es prudencia,
CALLAR en el dolor, es penitencia,
CALLAR palabras inútiles, es virtud,
CALLAR cuando hieren, es santidad,
CALLAR para defender, es nobleza,
CALLAR defectos ajenos, es benevolencia,
CALLAR debiendo hablar, es cobardía.



Aprende primeramente CALLAR para poder hablar con
acierto y tino, porque si HABLAR es plata, CALLAR es oro


Esto saldra en la pagina al pulsar leer mas

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UN TESTIMONIO PARA LEER

RELATO DE UNA CONFERENCIA HECHA POR EL DR. JAMES R. SEVER,
EX-PROFESOR EN NAKIN, CHINA

El Dr. James R. Sever, conferenciante mundial sobre 25 de las principales religiones del mundo, y durante 25 años profesor de teología e idiomas en la Universi¬dad de Nakin, en China, se paro en Salt Lake City hoy, en camino a los Angeles, después de terminar una gran oratoria en el noroeste, finalizando en Nueva York, donde el visitó a sus amigos de toda la vida, Fulton J. Sheen ,y el Cardenal Spell¬man.
Le contare lo que el dijo en sus propias palabras, ya que las anote:

Estaba en Shangai, a una distancia de 3.000 millas de Nakin, para pronunciar allí una conferencia delante de un grupo de estudiantes. Después de la conferencia, mi amigo ,y yo nos paramos en un "antro de vicio" (risa ahogada),para tomar una últi¬ma copa antes de ir a casa. Al entrar vi a una pareja de jóvenes con trajes negros, en una mesa comiendo un bocadillo. Después de sentarnos, dije a mi amigo que ellos eran obviamente americanos. Había estado en China durante 25 años ,y conocía a to¬dos los americanos de esa parte de China, pero nunca había visto a esos muchachos. Observé también que estaban bebiendo leche, cosa extraña (inaudita) en China, ,y especialmente en un night Club. Ellos debían estar apurados por recurrir a eso, dejé a mi amigo y dije que iría a la mesa donde estaban sentados para ver si po¬día hacer algo por mis paisanos. Bueno, me fui a su mesa y me presenté y les pregunté si podía invitarles a una copa. Me dieron las gracias y me dijeron que no bebían. Señalando a la leche, les dije que me gustaría pagarles una taza de café ca¬liente, pero ellos me dijeron que no tomaban café tampoco. Les pregunté cual era su negocio, dije que me gustaría darles mi dirección y que si ellos querían ponerse en contacto conmigo, quizás podría ayudarles. A mi sorpresa me dijeron que eran misioneros mormones volviendo a casa después de haber servido una misión de dos años en Palestina. Yo dije: "Bueno, estamos en el mismo negocio, ¿Puedo reu¬nirme con vosotros?".
Después de que hubieron terminado sus bocadillos, me preguntaron si sabía algo de la religión de los mormones. Les dije que había oído algo de las costumbres de los mormones, que habían sido echados de Illinois y de Missouri, y ellos empezaron a hablarme del libro de Mormón.
Dijeron que Jose Smith había recibido las planchas de un ángel, y las había traducido a un libro, en un periodo de ocho meses. Dijeron que les gustaría presen¬tarme uno si quería leerlo. Dicho esto, prometí que lo leería. Pero lo que me pa¬saba por la cabeza era esto:
La Biblia ha sido traducida 25 veces, ,y cada vez, de 15 a 25 eruditos formados en el arte de traducir, tardaron de 10 a 25 años en hacerlo, y hay aquí dos muchachos extraviados intentando convencerme, un perro viejo en cosas de este tipo, de que un libro ha sido pasado del Caldeo (una forma modificada de los jeroglíficos egipcios) al ingles, por un joven de 20 años, en un periodo de 8 meses. !Bueno, lo siento mucho por los chicos!. Acepte sin decirles lo que seguro, ellos no sabían, y para mi sorpresa, ellos me pidieron si podrían ofrecer una oración antes de marchar. Les dije que adelante ,y me quede allí sintiéndome mas bien tonto, mientras estos muchachos rezaban al buen Dios para que mi comprensión este abierta a la verdad del libro y después, nos dijeron adiós y se marcharon. Yo dije a mi amigo el profesor: "Bueno, allí van dos muchachos mas bien simpáticos, seducidos por otra clase de doctrina. Hay ya 3.500 diferentes denominaciones (400 en Chicago ¿me pregunto cuantas mas aparecerán en los próximos años?”
Llevé el libro de Mormón a casa y lo puse encima de mi escritorio en la Biblioteca, donde permaneció algunas semanas; entonces, un domingo, por la falta de algo mejor que hacer, lo cogí y empecé a leerlo. Conociendo los idiomas como los conozco (hablo 15 idiomas, todos diferentes) reconocí lo que seguro era caldeo. Después de haberlo leído 5 veces, lo envíe a uno de mis amigos, profesor, que conocía como el mejor en el arte de la traducción. Bueno, eso era excelente, ahora podía probar que este José Smith era un impostor culpable de plagio. Pero primero, debo comprobar el contenido.
Al principio de este libro se cuenta de un profeta llamado Lehi, hombre muy rico, el cual había sido avisado por un ángel, de la caída de Jerusalén y se le ordenó viajar al desierto o ser destruido, y él lo hizo. Pero después de más o menos tres días él envió a sus hijos para intentar obtener los registros de Labán (un familiar) que tenían la genealogía de la familia y contenían la escritura de las judíos. La primera vez, ellos fracasaron, también la segunda. Labán se llevó todos los bienes que ellos le habían ofrecido a cambio de las planchas y les hi¬zo detener. Ellos escaparon. Pero su hijo Nefi volvió por su cuenta y riesgo según las indicaciones de un ángel de que Labán le sería entregado en sus manos. Cuando subía a la casa de Labán, encontró a este que había estado bebiendo y estaba borracho de tanto vino que se cayó a los pies de Nefi, actuando según sus impresiones que le decían que más vale la muerte de un hombre que la de una nación entera, cogió la espada de Labán ,y cambiando su voz entró exigiendo del servidor de la habitación del registro que le entregase a los "hermanos", los cuales el pensó que eran los élderes con quien había estado aquella noche, y que estaban esperando en la muralla de la ciudad, pero que en realidad eran los hermanos de Nefi: Lamán y Lemuel. El relato dice que no solamente obtuvieron los registros sino que también se le prometió al sirviente Zoram salvarle la vida si se iba con ellos, lo que él hizo.
Ahora conozco a un judío, el cual era bibliotecario, y había estado durante 50 años como bibliotecario en Nueva Delphi, yo estaba seguro que si esto era un relato de tal pueblo él lo sabría. No escribí, hice, el viaje hasta allí yo mismo. Esta cosa se había apoderado de mi, y puesto que había ido hasta allí, no iba, a detenerme. Bueno, entré en la biblioteca ,y le conté la historia, y le pregunté si tenía algo, cualquier documento, de que aquel acontecimiento había tenida lugar. Entró en otra habitación y volvió con un libro, diciendo: "Este es el único documento que conozco. Cuenta la historia de un sirviente que había escapado a la navaja de un asesino. Los registros habían sido robados, pero el asesino no fue nunca arrestado. Se ha contado que ellos habían errado durante algún tiempo, construido barcos y empezado a cruzar el océano, pero no se supo nada más de ellos.” Esto confirmaba exactamente lo que se relataba en el Libro de Mormón.
Empecé a leer meticulosamente el libro y le hice pasar por un tamiz muy fino. Envié nombres y denominaciones de moneda usada en aquella época al sitio adecuado y les hice comprobar que eran correctos. Leí el libro 22 veces, con mucha atención y buscando errores. La ultima vez me dije que si podía encontrar una sola frase, palabra de inglés moderno, ello apoya¬ría mi derecho a reclamar. No pude encontrar ninguno. Sin embargo estaba seguro de que este hombre Jose Smith había obtenido una copia del registro, lo copió, y proclamó que era suyo. Puse investigadores a la obra de cada Universidad y biblioteca de los Estados Unidos para saber si había habido tal documento (registro). La respuesta fue negativa. Contaron que se supone que Jose Smith había recibido las planchas de oro de un ángel y las había traducido gracias a un Urim y Tunim y al pectoral el cual estaba en los registros, y hubo después 11 testigos que palparon las planchas e hicieron un registro escrito de ellas, recibieron dere¬cho de propiedad y las publicaron como el libro de Mormón.
Durante este tiempo y ya que había probado que el registro era auténtico, no importaba quien lo había escrito, acepté la misión de pronunciar una conferencia delante de un grupo de estudiantes Bindustanis. Mi conferencia debía durar más o menos una hora y decid¡ hablar sobre mi nuevo hallazgo: El libro de Mormón. Después de hora y media, me disculpé por retenerlos tanto tiempo. Pero ellos insistieron y querían oír más y me dieron permiso para proseguir, lo que hice durante siete horas y media. Hablé hasta que pensé que estarían candados de estar sentados tanto tiempo, pero, para mi sorpresa, estaban cautivados por lo que habían aprendido. Y puedo añadir que si hubiera sabido entonces lo que se ahora, habría llamado al Presidente David O. McKay de la iglesia mormona para que enviase a alguien a bautizarles, pues estaban todos convertidos. Pero entonces, yo no era mormón y no conocía al Presidente McKay.
Habiendo tropezado contra un muro de piedra, por decirlo así, en mi investigación para encontrar el registro original, el cual seguro Smith había copiado, decidí averiguar sobre la familia Smith y encontré que eran lo que decían ser: granjeros de pocos medios, muy honrados en realidad, y de hecho, todo lo que se había dicho de ellos acerca de su integridad y honradez era verdad. Literalmente había hecho investigar en todo el globo para corroborar el punto de vista de que o bien el libro era una invención o que Smith era un impostor. No había probado ni lo uno ni lo otro. Esto me trastornaba considerablemente y pensé en el Urim y Tu¬min que José Smith había empleado para traducir el registro.
No los había visto nunca pero había visto reproducciones de ellos. Además no podía llegar a creer que el Señor hubiese escogido un ignorante hombre de granja pa¬ra hacer de él un profeta, si hubiesen profetas en estos tiempos y estaba seguro de que no los teníamos. Pero cuanto más pensaba en ello, más me molestaba, y me acorde de la promesa que se encuentra al final del Libro de Mormón, principio del capítulo 10 de Moroni que dice: “He aquí, quisiera exhortaros a que cuando leáis estas cosas, si Dios juzga prudente que las leáis, recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, … y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero con fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo. Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas “.
Esta fue la prueba final. En mi condición había sido siempre un hombre religioso, así que oré cada día para saber si este libro había sido producto del poder divino. Recé durante varias semanas y les aseguro que seguía dudando de la historia de Smith, que el ángel le había dado las planchas de oro, de las cuales tradujo. Entonces pensé en que aquellos jóvenes misioneros que había encontrado en Shangai, que no querían beber licor y café. Pensé que quizás el Señor no estaba contento con algunos de mis vicios. Quizás si me esforzase espiritualmente en ser más humilde y contrito, obtendría una respuesta. Y aunque no había sido nunca un gran bebedor, si, me gustaba una ultima copa antes de ir a dormir, y dis¬frutaba de mis puros ,y mis whiskys de vez en cuando. Pero había llegado a tal punto que finalmente decid¡ que dejaría el alcohol, mis puros y mi pipa y me pondría en las manos de Dios. Le tomaba la palabra y, haciéndolo quizás esto traería resulta¬dos. Lo intentaría.
Más o menos pasaron 5 semanas, durante las cuales oré seriamente por el conocimiento de la verdad de como este libro había aparecido. Entonces, una mañana, era domingo, estaba echado en la cama, después de que mi esposa se hubiera levantado para preparar el desayuno ,y me preguntaba porque no había recibido alguna respues¬ta a mi ruego para saber si el libro era verdad, y traducido por Jose Smith, como se decía. !Entonces, de repente ocurrió!. Una revelación me vino tan fuertemente que me quede sin hablar. Se me dijo cosas que solamente concernían a mi mujer y a mi mismo, y para mi sorpresa ella lo sabía todo.
En 1951, fuimos a Nanpa, Idaho y fuimos bautizados en la Iglesia mormona. Aca¬bo de terminar una gira de conferencias en Nueva York. Mientras estaba allí visité a mis amigos el obispo Fulton J. Sheen -- el Cardenal Spellman y fui invitado a sus casas. Les regalé un libro de Mormón y les dije que había comprobado que era verdad. Les dije que sabiendo lo que se ahora, preferiría ser un portero a 10 dóla¬res al año en la Iglesia mormona si se me pedía a tener todas las minas de Uranio a mis pie, o sentarme en el más alto pináculo de Roma. Les dije que si ellos podían probar que el libro de Mormón (o la iglesia mormona) no fue hecho por seres celestiales mediante el profeta José Smith, volvería yo a juntarme a la Iglesia Católica y daría mi coche, mi casa (valorada en 250.000 dólares) y mi querida esposa, y que daría a la iglesia católica 10 años de servicio sin cobrar nada. Y hago esta oferta a cualquiera del mundo. Estoy aquí en SALT Lake City porque en los seis años que he sido miembro de la Iglesia, no he perdido nunca una reunión del sacerdocio o sacramental y dado que no podía llegar a las reuniones en los Ángeles a tiempo, mi esposa y yo decimos quedarnos en Salt Lake C¡tv.
No he probado nunca tabaco, café o licor desde mi bautismo en los últimos 6 años, he sido el intermediario para convertir a 15 sacerdotes Católicos y 3.500 otros a la iglesia mormona. He renunciado a mi cátedra en Nankin y desde entonces he tenido experiencias positivas con niños atrasados sacándoles de su insuficiencia de 15% de inteligencia en menos de un año. He planeado ir a la India para fundar una escuela allí, pero he sido desalentado por el gobierno a cau¬sa de la agitación. Sin embargo mis planes son de ir a Phoenix, Arizona, y montar allí una escuela para niños atrasados.


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Jose Smith y las Ordenanzas del Templo

PAZ EN LA TIERRA

con relacion a las semejanzas que existen entre los masones y las ordenazas del templo.

"Permítanme sugerir que el motivo de que se construyeran templos en cada época, lugar geográfico y pueblo, y se adorara en ellos, se debe a que Adán recibió el Evangelio, en toda su plenitud, por revelación, y que toda religión y práctica religiosa posterior procede de los restos de la verdad revelada a Adán y que él comunicó a los patriarcas. Las ordenanzas del templo, que fueron necesarias para esa época, se revelaron, sin duda alguna, en aquellos días y, como es natural, el paso del tiempo nos ha legado restos corruptos de ellas. Las personas que comprenden la naturaleza eterna del Evangelio —tal cual se planificó desde antes de la fundación del mundo— entienden claramente por qué la historia gira en torno a la edificación y el uso de los templos"6.

"Los mismos estudios comparativos que descubrieron el modelo común a todas las religiones antiguas —un fenómeno que ahora se denomina "modelismo"— han demostrado igualmente el proceso de difusión que dicho modelo siguió para extenderse por todo el mundo, proceso que se hizo añicos y cuyos restos se pueden reconocer hoy día en casi toda tierra y época… "¿Inventó de nuevo José Smith el templo uniendo todos esos fragmentos —judío, ortodoxo, masón, gnóstico, hindú, egipcio, etc.— en un todo? No, no se hizo así. En su época había muy pocos fragmentos disponibles y la labor de unirlos no comenzó, como hemos visto, sino hasta la segunda mitad del siglo XIX. Y aun cuando estén disponibles, esos misérrimos fragmentos no se unen en un todo por sí mismos; aun hoy los eruditos que se dedican a estudiarlos no los comprenden. El templo no procede de ellos, más bien es al revés… Que algo de tanta plenitud, coherencia, ingeniosidad y perfección pudiera haber surgido en un único momento y lugar —casi de la noche a la mañana— es una prueba inequívoca de una dispensación especial"7.

6. John A. Widtsoe, "Symbolism in the Temples", en Archibald F. Bennett, ed., Saviors on Mount Zion, 1950, pág. 163.

7. Hugh Nibley, "What Is a Temple", en The Collected Works of Hugh Nibley: Tomo IV—Mormonism and Early Christianity, edición de Todd M. Compton y Stephen D. Ricks, 1987, págs. 366–367, 383.

LIAHONA FEBRERO DE 2007 Pag.17 -18


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Un sabio

 

Un sabio 


Cuentan que a un pueblo lejano, un día llegó un hombre ya bien anciano. Dicen que era sabio. Unos jóvenes universitarios decidieron probarlo. Fueron hasta él y le preguntaron: "Si eres un sabio, entonces dinos quien es la mejor persona de este pueblo."
Al día siguiente, se posicionó en una calle donde se dice que todos los ciudadanos pasaban continuamente. Colocó un cartel que decía "NECESITO ALGO DE USTED. POR FAVOR, DONEME ALGUNA COSA." 
La gran mayoría le dio dinero. Pero, cada vez que le daban dinero, él lo arrojaba a otro mendigo que se encontraba a su lado. La gente se sorprendió con su actitud. 
Al día siguiente, de nuevo estaba él con el mismo cartel. Esta vez, muy pocos le dieron dinero - que fue debidamente arrojado al otro mendigo - pero le trajeron comida, de la mejor y de la peor. 
Nuevamente, el sabio dio toda la comida recibida a otros mendigos cercanos y, al llegar la hora del almuerzo, comió de su propia comida. 
Nadie entendió que quería realmente el sabio.
Llegó el tercer día, estaba él con el mismo cartel pero esta vez le dieron menos dinero que el día anterior y muy pocos le dieron comida y la que recibió él la distribuyó con los otros mendigos del lugar, pero, un hombre apareció se acercó al sabio, le preguntó cómo estaba, le sonrió, conversó un rato con él y después se retiró. Cuando el hombre se fue, el sabio se movió y abandonó el lugar. 
Dos días después, los jóvenes preguntaron sobre lo que había sucedido. "Mis jóvenes, la realidad es que tanto el dinero como la comida que me dieron no tenían nada de especial. Simplemente cumplían con su deber, por tener algo,
dando a los que no tienen. Sin embargo, la persona que se acercó, me sonrió y conversó conmigo es la mejor de todas, porque me dio la riqueza de la vida y la comida del alma".
Siempre que busquen a alguien bueno, verifiquen que, junto con cualquier cosa material que pueda dar, esa persona dé algo de si misma. de lo bueno que cada uno de nosotros llevamos dentro.


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¿QUIEN TENTO A LUCIFER?

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Hace muchos años cuando era un pequeño niño lindo y hermoso je jeje, escuche esta pregunta a uno de los jóvenes del sacerdocio;

¿Quien tentó a lucifer para querer la gloria para él?

Esta pregunta se repetía en cada oportunidad que teníamos una clase con los jóvenes, y recordando, ninguno de los hermanos de ese tiempo logro una respuesta satisfactoria que lograra no repetir esa pregunta nuevamente.

Todos sabemos que se han creado muchos mundos, pero ¿habrá otros Satanás?

No es mi intención saber la respuesta por que se que no existe tal escritura o revelación moderna

Pero si quieren debatir tal pregunta están invitados a escribir.

¿QUIEN TENTO A LUCIFER?


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Mi reino por un caballo...







Así reza la frase tan conocida que se funda en la muerte del rey inglés Ricardo III, derrotado en la batalla de Bosworth, en 1485, e inmortalizada por el célebre Shakespeare.
Cuentan que el rey Ricardo se preparaba para la batalla mas importante de su vida, en tanto un ejército conducido por Enrique, conde de Richmond, lo acosaba para decidir quien gobernaría Inglaterra.
La mañana de la batalla, Ricardo envió a un palafrenero a comprobar si su caballo favorito estaba preparado, con sus herraduras listas para cabalgar al frente de sus tropas.
El herrero le dijo que debía esperar pues tenía que conseguir más hierro. Pero ante la insistencia y el avance de los enemigos del Rey el herrero puso manos a la obra, y con una barra de hierro hizo cuatro herraduras.

Las moldeó y las adaptó a los cascos del caballo y luego empezó a clavarlas. Poco después de clavar tres herraduras, descubrió que no tenía suficientes clavos para la cuarta por lo cual se arregló como pudo para colocarla, pero no quedó tan firme como las otras.
Los ejércitos chocaron, y Ricardo estaba en lo más duro del combate, alentando a sus hombres y luchando contra las líneas de Enrique.
Desde su puesto de lucha notó que algunos de sus hombres retrocedían, y para evitar un desbande espoleó su caballo y enfiló hacia la línea rota, ordenando a sus soldados que no abandonaran la batalla.
Estaba cruzando el campo cuando su caballo perdió una herradura, tropezó y rodó, y Ricardo cayó al suelo. El caballo asustado, antes que el Rey pudiera reponerse, echó a correr.

Ricardo , en tanto veía como sus soldados daban media vuelta y huían, y las tropas de Enrique lo rodeaban...
Agitando su espada Ricardo gritó entonces ¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!
Pero no había ningún caballo para él. El ejército se desbandaba, y sus tropas sólo pensaban en salvarse. Poco después los soldados de Enrique dieron cuenta de él, y la batalla terminó.
Por falta de un clavo se perdió una herradura,
por falta de una herradura, se perdió un caballo,
por falta de un caballo, se perdió una batalla,
por falta de una batalla, se perdió un reino.


Esta anécdota nos enseña que hay que cuidar los pequeños detalles. y que la soberbia es mala consejera.

Antes de emprender cualquier empresa hay que meditar las consecuencias de la misma, ser conscientes de nuestras limitaciones, y tomar los recaudos necesarios, para lograr el éxito, o eventualmente no morir en el intento...

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DISCUSION ENTRE UN MAESTRO ATEO Y UN ESTUDIANTE SABIO

 

El profesor ateo retó a sus alumnos con esta pregunta: "¿Dios hizo todo lo que existe?". Un estudiante contestó valiente: "¡Si, lo hizo!" "¿Dios hizo todo, caballero?" "Si, señor", respondió el joven.
El profesor contestó: "Si Dios hizo todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras, son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo". El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más, que la Fe era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo: "¿Puedo hacer una pregunta, profesor?", "Por supuesto", respondió el profesor. El joven se puso de pie y preguntó: "Profesor, ¿existe el frío?", "¿Qué pregunta es esa?, "Por supuesto que existe, ¿acaso usted, no ha tenido frío?".
El muchacho respondió: "De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto, es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto, es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término, para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor".
"Y, ¿existe la oscuridad?" continuó el estudiante. El profesor respondió: "Por supuesto".
El estudiante contestó: "Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Níchols para descomponer la luz blanca en los varios colores de que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber, cuán oscuro esta un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad, es un término que el hombre ha desarrollado, para describir lo que sucede cuando no hay luz presente".
Finalmente, el joven preguntó al profesor: "señor, ¿existe el mal?".
El profesor respondió: "Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal."
A lo que el estudiante respondió, "El mal no existe, señor, o al menos, no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado, para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó al mal. No es como la Fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz. El mal es el resultado, de que la humanidad no tenga a Dios, presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz".

Autor: Desconocido


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