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Templos

El milagro de las gaviotas

En forma prominente se encuentra desplegado en el corazón de la Manzana del Templo un monumento poco usual que recuerda una historia de los pioneros de Utah del pasado,un milagro de los días modernos documentado en numerosos diarios personales de los pioneros: es el Monumento a la Gaviota.

El invierno entre 1847 y 1848 fue moderado en Utah y los pioneros mormones, recién establecidos, empezaron a hacer sus siembras temprano esa temporada, en enero de 1848, y continuaron haciéndolo hasta el mes de julio.



Habían sembrado 400 hectáreas de trigo de invierno, que estaba “empezando a espigar” en mayo, cuando empezó la pesadilla, pequeños depredadores bajaban desde las colinas.

Grillos.

El pionero John R. Young escribió que “se subían a la mata, cortaban la espiga y luego bajaban para comérsela”.

"Eran tan grandes como el pulgar de un hombre y parecía que cada día ganaban más terreno, comiendo cada cosa verde que encontraban, destrozando completamente la cosecha a media que avanzaban", escribió el pionero Zadoc Judd en su autobiografía.

Los pioneros trataron de ahogarlos, quemarlos y apalearlos para destruirlos, pero todo fue en vano.

Cuando el desastre parecía inminente, llegaron repentinamente las gaviotas en grandes bandadas.

George W. Bean escribió: "Venían por miles y engullían esos grandes y gordos grillos que eran como del tamaño del dedo pulgar de un hombre, hasta que comían como un kilo, al parecer, luego se dirigían a los canales de regadío, bebían y vomitaban todos los grillos ---descansaban un poco y regresaban a matar a esos `monstruos´ negros nuevamente".

Las gaviotas, según Sarah Rich, "eran tan grandes como un pato casero y para nosotros, en esa época, parecían ángeles enviados del Señor para ayudarnos. A nadie se les permitía matarlas, porque veíamos con un corazón humilde que la mano del Señor estuvo allí para ayudarnos a preservarf algo para sustentar la vida".

El líder de la Iglesia Orson Pratt, escribió más tarde: "Habrá algunos que dirán que éste fue uno de los cursos naturales de la vida, que no hubo un milagro. Sea como sea, nosotros lo aceptamos como una bendición de la mano de Dios; milagro o no milagro, creemos que Dios puso su mano en eso y en realidad no importa particularmente que los extraños lo crean o no".

Hoy día la gaviota es el pájaro del estado y está oficialmente protegida.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen mensaje y buena iniciativa, muchas gracias Hno. Claudio.
Obispo R. Acosta

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